Su nombre tiene su origen en el topónimo "Petra alta" que alude a su localización en un otero rocoso. Ya en el siglo XVIII pasó a llamarse Peraltilla.
En el pueblo quedan algunas casas que reproducen los patrones constructivos de siglos pasados, con zócalos de piedra, portadas en arco y galerías de ladrillo.
Del castillo aún se conservan algunos lienzos de muralla. Al dejar de estar en uso se convirtió en cantera de la que se extrajeron las piedras para construir otros edificios. Junto al castillo se erigió la iglesia de El Salvador, del siglo XVI. Una elegante galería de arcos de ladrillo cierra la construcción. La portada renacentista de su "lonjeta" fue testigo de la firma de documentos que hicieron historia.
En un montículo que domina el pueblo, el barranco de La Clamor, el Canal del Cinca y las huertas, se erigió la ermita de San Joaquín; se trata de un interesante edificio barroco del siglo XVIII, en el que destaca la decoración de su interior, ornamentada con yeserías de estuco policromado, igual que las ventanas que dan luz a la nave.
Las fiestas se celebran en honor a San Joaquín, la primera semana después de la Virgen de Agosto. Para San Fabián y San Sebastián se encienden hogueras y se reparten "los paniticos" bendecidos.
